jueves, 24 de julio de 2008

La Guerra de las Galaxias (Star Wars)

La Guerra de las Galaxias (1977)

Una pequeña nave espacial que transporta a la princesa Leia, líder del movimiento rebelde que lucha contra el Imperio Interestelar para reinstaurar la República, es capturada por las fuerzas imperiales del cruel Darth Vader, el sirviente más fiel del emperador. Poco después llegan al planeta Tattoine dos androides, R2-D2 y C3-PO, que portan un mensaje de auxilio de la princesa Leia para un Caballero Jedi llamado Obi Wan Kenobi. Los androides serán comprados por la familia de Luke Skywalker, quien al descubrir el mensaje que portan tratará de reunirse con Obi Wan y rescatar a la princesa Leia de las garras de las fuerzas imperiales.

El estreno de La Guerra de las Galaxias en 1977 supuso algo más que un simple nuevo producto cinematográfico, pues la película supuso una auténtica revolución visual amén de convertirse en un auténtico fenómeno de masas con un arrollador impacto sociológico. Y todo ello fue el resultado de la imaginación de un casi novel y tímido realizador norteamericano. En 1974, a la edad de 32 años, el joven director George Lucas, solo había anotado en su carrera como realizador dos títulos: THX-1138 una sombría historia futurista que pasó sin pena ni gloria por las salas, y “American Grafitti” una mirada nostálgica sobre la década de los 50 y la juventud de aquella época. Este último film supuso un sorprendente éxito comercial que permitió a Lucas fundar su propia productora Lucasfilms Ltd. y afrontar su siguiente proyecto, que ya tenía en mente: una historia sobre caballeros del espacio y la eterna lucha del bien contra el mal.

Lucas escribió un primer esbozo del guión de la película, y fue proponiéndole su producción a varios estudios, recibiendo numerosas negativas hasta que dio con un directivo que confió en él. Alan Ladd Jr. (hijo del famoso actor) jefe del departamento creativo de la 20th Century Fox se sintió atraido por la idea de Lucas y accedió a producir la película, pese a las dudas de otros ejecutivos de la Fox. Logrado el respaldo de un gran estudio, Lucas comenzó a trabajar para desarrollar el esquema del guión que tenia escrito. Aunque el no lo sabía en ese momento, iniciaba los dos años y medios más agitados y problemáticos de su vida. Pulir el guión le costó a Lucas ingentes horas de trabajo, ya que escribió una primera versión de la historia que resultó muy extensa, y que daba para hacer varias películas. Se decidió entonces por saltarse los siempre farragosos prólogos y comenzar la historia por su parte central, dándole forma de trilogía, pero cerrándola con un final coherente, por sí no tenía oportunidad de producir las otras películas.

Una vez que hubo terminado el guión (como curiosidad, dándole el nombre definitivo de Skywalker al heroe que se llamaba Starkiller en el borrador) Lucas empezó a trabajar para conseguir los efectos visuales que la historia requeria. Para ello contrató al técnico de Cámara John Dykstra, responsable de los brillantes efectos visuales de 2001: Una Odisea del Espacio para desarrollar unos efectos especiales inusuales para la época, en la que –recordemos- no existía la tecnología digital. La elección de los actores no fue excesivamente problemática. Después de varios castings Lucas escogió a los desconocidos Mark Hammil para el papel de Luke Skywalker, y a Carrie Fisher para interpretar a la princesa Leia. Para el papel de Han Solo escogió al más experimentado y prometedor Harrison Ford, con quien ya había colaborado en American Grafitti. Fue una suerte para Lucas que un gigante de la pantalla como Alec Guinness, que se encontraba de rodaje en EEUU, accediera a interpretar a Obi Wan Kenobi. Al parecer a Guiness le hizo gracia la timidez del joven director y aceptó colaborar en la película.

Pero a partir de ese momento comenzaron los verdaderos problemas para Lucas. El rodaje fue una auténtica pesadilla, comenzando por el calor abrasador y las duras condiciones de rodaje en los escenario exteriores de Tunez (muchas de cuyas tomas hubieron de ser vueltas a filmar en EEUU), los retrasos en rodaje motivados por los estrictos horarios laborales de los estudios londinenses donde se filmaron los interiores, y la exasperante lentitud con la que se estaban filmando los efectos visuales. Cuando Ladd viajó a Londres para visionar un primer montaje de la película, de 40 minutos, sin efectos visuales ni sonido, el resultado era tan catastrófico que estuvo a punto de cancelar el proyecto. Pero urgió a Lucas para terminar el film lo antes posible, dada la impaciencia que mostraban todos los directivos de la Fox ante los retrasos que se estaban produciendo. Lucas no tuvo otro remedio que acabar la película apresuradamente, financiando parte de los gastos de su bolsillo para poner en funcionamiento dos unidades de filmación adicionales.

Cuando el rodaje concluyó en mayo de 1976, Lucas aun hubo de afrontar problemas adicionales: el montaje final y los efectos visuales que fueron también bastante problemáticos y requirieron la supervisión personal de Lucas. El estreno hubo de retrasarse de la fecha prevista (navidades de 1976) hasta el año siguiente, y Lucas sufrió un episodio de hipertensión provocada por el agotamiento físico y estrés mental que le estaba provocando la situación de la película. Finalmente, tras no pocas prisas la película estuvo lista para su estreno el 19 de mayo de 1977. Lucas, absolutamente exhausto se fue a dormir y decidió pasarse por el cine del teatro chino (uno de los 37 donde se proyectaba la película) para comer con su esposa antes de asistir al pase de la tarde. Cuando llegó a las inmediaciones del cine, Lucas se encontró las calles colapsadas por un gigantesco atasco de gente que había acudido a ver la película, que sorpresivamente se había convertido en un éxito rotundo.

Es innegable que “La Guerra de las Galaxias” conquistó las mentes y corazones de toda una generación, entre cuyos miembros me incluyo, con su historia épica de la eterna lucha entre el bien y el mal, inspirada en toda una variedad de fuentes como los comics de Flash Gordon, las leyendas medievales artúricas o las novelas de ciencia-ficción del espacio exterior. El mayor mérito de la película es que logra a transportar a espectadores de todas las edades a un universo fascinante a la vez que romántico, fusionando la mejor tradición del cine de acción y aventuras con un trasfondo argumental lleno de simbolismos, filosofía e incluso un toque metafísico ejemplificado por esa energia vital que domina el universo: “La fuerza”. En mi opinión el secreto del éxito del film estriba en que supo conjugar todos esos elementos haciéndolos accesibles y lúdicos a la vez para el gran público.
Y más allá de esto, Star Wars supuso una auténtica revolución en el plano de los efectos visuales, anunciando la espectacularidad y uso de la tecnología que se impondría después, y que iba a dar lugar a la era de los efectos especiales digitales. Para el recuerdo de las mentes de miles de espectadores quedarán los duelos de espadas laser, las batallas entre cazas especiales (las cuales, por cierto, se inspiraron en los documentales de combates aereos de la II GM) o el mítico ataque contra “La estrella de la muerte”. Todo ello perfectamente acompañado por la magnífica del maestro John Williams de entre las que yo destacaría el tema principal, que se ha convertido en todo un clásico, y la impactante “Marcha Imperial”, otro tema memorable que acompaña muchas de las escenas de Darth Vader.
En definitiva, “La guerra de las Galaxias” supuso todo un impacto cultural que redefinió en buena medida las tendencias de la industria del cine, además de cautivar a varias generaciones con sus intensas aventuras que nos llevaron a “Hace mucho tiempo, en una galaxia muy lejana…”

4 comentarios:

Major Reisman dijo...

Buenas

Felicitaciones por el comentario.

Que tengas unas felices vacaciones y que la Fuerza te acompañe.

Saludos

Ramón Monedero dijo...

Desde la nueva trilogía de "Star Wars" Lucas se me ha caído del altar. Despuñes de "Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal" directamente, le he declarado la guerra.

Von Kleist dijo...

Buenas Ramón

Ya lo decía el inmortal Quevedo: "Poderoso caballero...". Es una pena que el vil metal haya transformado la capacidad creativa original de Lucas en una mentalidad bastante industrial. Como dices, la 2ª trilogía era un pastiche de escasa calidad (salvemos un poco el episodio III) dedicado en exclusiva a fábricar millones en taquilla. El experimento funcionó economicámente. Pero los miles de nostálgicos seguidores de la trilogía original nunca perdonaremos que se haya vendido todo por un puñado de dólares.

Saludos

Piru dijo...

Es un blog previoso este que estás montando Von Kleist, lo seguiré